

Agustín Espinosa: surrealismo ulceroso
A Agustín Espinosa el surrealismo le salía del duodeno. El surrealismo de Agustín era un surrealismo que le iba naciendo de las entrañas a medida que la úlcera le iba agostando el optimismo generalizado de las Vanguardias, a medida que la úlcera lo iba jodiendo. Porque el surrealismo de Agustín Espinosa no era un surrealismo optimista, eufórico ni bienintencionado como el de Bretón o Pèret. A Agustín el surrealismo ulceroso se le notaba en la mirada, con unos ojos de besugo o


Los señores de la noche
Nosotros pusimos de moda en los ochenta la expresión “salir de marcha". Nosotros juramos una noche sobre el sacrosanto altar de una barra de bar (y después de hacer las oportunas libaciones) que íbamos a convertir los bares en reductos de la cultura para noctívagos, para lechuzas que una vez horadaron los hombros de Atenea tratando de descubrir la sabiduría bajo la tez blanca de su piel de diosa virgen. Nosotros le dimos vuelta al forro del sol y encontramos entre sus dorados


Je suis Cristo Hernández
Artículo publicado en nuestro antiguo blog (12/01/2015) Je ne suis pas Charlie Hebdo. Yo soy Cristo Hernández y quiero gritar a los cuatro vientos que soy libre y que ningún intolerante hijo de la gran puta, del signo político, religioso o de lo que sea me va a cerrar la boca ni me a privar de mi libertad de expresión. Aquí tienen mi vida y pueden venir a por ella, si tienen cojones. No quiero una vida que no pueda disfrutar en un mundo libre. Aquí estoy esperando por ustedes


Carnavalaje
La Opinión de Tenerife, 1 de marzo de 2006 Cada cual vive el Carnaval a su manera. Faltaba más. Podríamos decir que existen tantas formas de Carnaval como número de carnavaleros (o detractores). Sin embargo, si aplicamos la propiedad asociativa de la Teoría de Conjuntos a las Carnestolendas, también podríamos concluir que existen ciertas formas de paisanaje festivo o “carnavalaje”. No me voy a entretener haciendo una descripción taxonómica de las especies urbanas del Carnaval