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Argumento
Conocí al Camborio en mi época universitaria. Él era empleado de mantenimiento de la noble institución y yo, un timorato aspirante a periodista en su último año de carrera. Su arrolladora personalidad y su locuacidad de poeta lorquiano medio beodo me empujaron a escribir esta biografía como parte de mi memoria de licenciatura. El relato de los acontecimientos de su vida marcó para siempre la mía y todavía hoy, después de muchos años, me despierto en medio de la noche tratando de encontrar un final adecuado para esta historia. La voz de Manolito resuena en mi mente y me sugiere que allí donde la realidad no encuentra salida, la ficción se erige como única alternativa posible.
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