Añorado 97
El Lagunero, enero de 1997
Apenas has comenzado a despuntar los primeros minutos de tu singladura anual y ya siento que te he perdido entre los anales ficticios de la Historia. Apenas has lucido tu fugaz rostro, juvenil y barbilampiño de año nuevo, y ya te noto avejentado y con una barba rala y valleinclanesca (aunque no te mereces este singular símil con ese ilustre ermitaño de nuestras Letras).
Apenas has llegado a casa por Navidad y ya te veo desvanecer en el horizonte irreal del fin de siglo. Apenas he comenzado a paladearte, todavía con el regusto amargo del 96, y ya te me escapas entre los labios como un hálito prematuro y anacrónico. Apenas has entrado en mi vida y ya te añoro.
A pesar de todo eso no quiero que te marches sin saber lo que esperaba de ti, incluso de mí.
Añorado 97, para este año que comienzas te habría pedido lo siguiente:
-Que duraras menos si ibas a seguir en la misma línea que tus hermanos anteriores.
-Que no le recorten el sueldo a los funcionarios (también yo soy una rara avis) para no tener que recortársela a P.P. María Aznar.
-Que Pujol se deje el bigotito lacónico y espartano para que pueda suplantar a P.P. María en los asuntos oficiales del Estado, porque en lo restante Don Jordi es una réplica embrionaria del jefe de la derechona, o viceversa.
-Que se cree una cartera ministerial o subsecretariado para que un psicólogo o psiquiatra trate los casos de doble personalidad o de hipocresía aguda de algunos miembros del Gobierno.
-Que se cumpla la Constitución a rajatabla y se dejen de discutir acerca de repúblicas, monarquías y otras filiaciones peregrinas.
-Que se enchirone a todos los chorizos del país, excepto al de Cantimpalo y al “de perro”.
-Que no se sigan investigando los sueldos del teniente de alcalde Martín Luis, pues a este paso le van a destapar alguna pensión de orfandad, habrá que nombrarlo teniente coronel y subir el precio del dinero, así como los tipos de interés, para costear su soldada. Y el país no está para tanto derroche…
-Que Canarias no se convierta en un tablero de Monopoly porque a unos especuladores, que dicen ser europeos, se les antoje jugar con las lentejas ultraperiféricas (o las papas o los plátanos o los tomates ultraperiféricos…) de miles de canarios, que sí hemos sido europeos desde tiempos mitológicos.
-Que Canarias no se convierta en un tablero de Estratego porque a unos caballeros de uniforme se les antoje jugar a las batallitas con el hogar de millares de canarios.
-Que la OTAN, y todos sus aliados, empezando por el azote yanqui, se coman el proyecto de Malpaso en El Hierro, folio a folio, y como laxante para la digestión se metan los cohetes por donde les quepan.
-Que caiga en maná bíblico sobre los países del Tercer Mundo, porque lo que es el maná gubernamental de los países ricos, ése ya está reservado para hacer la guerra y no el amor.
-Que no se televise fútbol los viernes, por favor, que es el único día que los españoles tenemos para hacer vida familiar y otros entretenimientos también de pelotas.
-Que el Club Deportivo Tenerife fiche jugadores de la tierra y se deje de importar gauchos (quemados como churrascos), tal si fueran ponchos, boleadoras u otros souvenirs de la Pampa.
-Que Indurain pedalee si le da la gana, si es que todavía le sobran fuerzas y moral después de subir tantas cumbres y oír tantas necedades.
-Que se potencie el deporte base, no la base económica del deporte.
-Que junto a Cebrián y Ansón, ingresen en la Real Academia de la Lengua Chiquito de la Calzada, Jesús Gil y Michael Robinson, pues ésta es la tendencia hablada en nuestro país: lo vulgar, lo soez y lo bárbaro.
-Que Macarena se dé cuenta por fin de que “su cuerpo es pa darle alegría y cosa buena”, a ver si Los del Río cierran el pico (de oro) de una vez.
-Que los famosillos de las revistas del corazón (no se lee otra cosa en este país)se dejen de parir tanto, que al paso que vamos la Biblioteca Nacionalhabrá que reconvertirla en Biblioteca Rosa (las revistas del corazón son una suerte de historia alternativa de la Humanidad).
-Que las películas X de Canal Plus sean sin codificar. Codificadas tendrán todo el morbo que ustedes quieran, pero a mí es que me entran unos dolores de cabeza…
Y tantas y tantas cosas, añorado 97, que podrías haber hecho…
Posdata: En todo caso, que al menos nos enteremos todos de cómo termina el chiste de la vaca.
